Ahora que estamos en temporada de notodo, de cortos que terminan siendo un chiste contado con imágenes, no está de más echar un ojo a proyectos más ambiciosos y mejor iluminados (y también más largos) a medio camino entre Tetsuo, Blade Runner y The Raid. Como Temple.
Hace un par de años, Nguyen-Anh Nguyen presentó The Akira Project, un ambicioso fan film que ponía la inmortal obra de Katsuhiro Otomo en imagen real. Ahora su responsable da un paso al frente y ofrece Temple, un conglomerado de ciencia ficción y artes marciales que supera su obra anterior con coreografías espectaculares y, suponemos, mucho más dinero.
Temple presenta un ambiente neo-noir de lo que podría ser Hong Kong o Nueva York dentro de sesenta años y un personaje principal cibernéticamente mejorado. Diez escasos minutos con gran ambición y un poderoso concepto: batallas de artes marciales hombre-máquina, automóviles futuristas, y una atmósfera que encajaría en cualquier superproducción de Hollywood.
Más allá de la ciencia ficción, lo que Temple también se preocupa en mostrar un aspecto creíble de lo que podría llegar a ser un futuro hombre-máquina, el tan en boga transhumanismo. Ciudades, peleas callejeras y, ay, el amor se enfrentarán en esta nueva dimensión. Si Temple es una muestra de lo qye Nguyen tiene reservado para su salto al largometraje, puede que estemos ante una futura leyenda del género y un asiduo a los festivales más molones del género.