Pese a los rumores y la cancelación de su concierto en Barcelona dos días antes, The Damned se metió en el bolsillo a las más de 600 personas que acudieron a la madrileña sala Arena a base de punk rock vestido en forma de clásicos de esta banda inglesa, pionera de este género musical y que ayer celebraba su 40 aniversario sobre los escenarios. FOTOS: LOLA PUÑALES.
Hablar de punk rock y quedarse en grupos como Sex Pistols o The Clash es cuanto menos erróneo, ya que la banda pionera de este género musical y una de las más influyentes en otras formaciones que viraron hacia el rock gótico es The Damned, quinteto inglés que ayer celebró en Madrid su 40 aniversario y lo hizo en una abarrotada sala Arena que no paró de bailar ni un solo minuto.
Sin ninguna ornamentación visual salvo un juego de luces sobre el escenario, tras una intro de las que anuncian que el espectáculo va a ser posiblemente mítico, salían a escena Dave Vanian, cantante y líder de The Damned, fiel a su estilo vampírico: completamente de negro, guantes incluidos y gafas de sol ochenteras que le acompañaron durante la más de hora y media de show incansable que ofreció la banda. Junto a él, Captain Sensible -virtuoso guitarrista que conserva su carácter gamberro y su espíritu rebelde-, Monty Oxymoron -teclista-, Stu West y Pinch -bajo y batería respectivamente-.
Street of Dreams fue el primero de los himnos de The Damned, coreado por un público entregadísimo y diverso (siniestros, skinheads, punks, puretas…), fiel reflejo de la increíble influencia de esta banda inglesa. Love Song, Just Can’t Be Happy, Nasty, Dr. Jekyll and Mr. Hyde, Disco Man o Blackout se fueron sucediendo mientras la pista se convertía en un pogo constante, un hervidero de energía y rock, de disfrute máximo por la música en directo.
Esa energía era tal que Dave no dudó en ponerse un cinturón que le brindó el público, del mismo modo que hizo Oxy una corbata que se anudó a la cabeza. The Damned no sólo tocaron y tocaron de forma magna, sino que también interactuaron con los presentes, haciéndonos partícipes y parte del brutal concierto.
Eloise, canción original de Barry Ryan que popularizó en nuestro idioma Tino Casal, puso el punto y seguido a la primera parte a uno de los mejores conciertos de 2016, tema al que siguieron otros éxitos de los ingleses como Melody Lee, New Rose y Neat Neat Neat, tema con el que se despedían para posteriormente volver a regalarse al exacerbado público con un bis épico en el que sonaron Jet Boy Jet Girl, Alone Again Or, Noise Noise Noise y Smash It Up, tema de cierre que corearon todos los presentes. Sencillamente impresionantes.