"Que ya es decir", dirá más de uno. Normal: el vocalista de los Dead Kennedys, a bordo de su grupo emblemático o en solitario, siempre se ha caracterizado por su gusto a la hora de tensar los límites de lo establecido o, directamente, de la más elemental decencia. En este caso, un single semianónimo (que con Biafra nada lo es del todo) con colaboradores de excepción.