Finalizamos este repaso a 2015 en lo más alto: por encima de discos, de pelis, de libros concretos, estos son los acontecimientos culturales que nos han marcado. Eventos, sucesos, regresos, celebraciones, movimientos, memes... y no todo es positivo: leyes restrictivas, prejuicios, estafas. Así ha respirado el año que hoy termina.
YAGO GARCÍA – ‘Taquillazo’ en el cine español.
Durante muchos años, quien suscribe trabajó en la sección de cine de un suplemento semanal. Eso le obligaba a verse, si no todos, sí la mitad o más de los estrenos que llegaban a las pantallas de Madrid cada viernes. Y, debido a esa obligación, aprendió muy pronto a reconocer cierto tipo de películas españolas: horrendamente mal hechas, desganadas y soporíferas, daban la impresión de haber sido rodadas a toda prisa con un presupuesto de chichinabo (aunque, si se consultaba a la distribuidora o productora de turno sobre cuál había sido su coste, la respuesta siempre era “tres millones de euros”) y uno llegaba a dudar incluso de que estuviesen terminadas. Nadie en su sano juicio, en suma, podía imaginarse por qué las habían realizado, por qué habían llegado a estrenarse o, especialmente, quién demonios iba a querer perder minutos de su vida viendo aquello.
Por supuesto, todas las preguntas del párrafo anterior eran retóricas. En el fondo, todo quisque (desde el último plumilla hasta el productor más influyente, pasando por altos cargos de medios generalistas y especializados) sabía cuál era la función de esos filmes: sustentar las prácticas de una industria basada en el fraude de ley. Y, pese a todo, éstos seguían llegando. A veces, varios en una semana. Por eso, a un servidor le importa poco si el ‘taquillazo’ ha sido una aplicación regular de la justicia, o si se trata de un escarmiento contra ‘los de la ceja’ motivado por la cercanía de las elecciones generales. Los nombres han salido a la luz, los secretos a voces han sido expuestos (otra cosa serán las consecuencias de esa revelación, previsiblemente escasas) y, de una forma retorcida y raquítica, mis horas de ver bazofia mientras me retorcía de asco en una butaca han sido vengadas. Que os aproveche, cabrones: a ver con qué caras os miráis unos a otros en los próximos Goya.
ANDRÉS ABEL: #100guitarsfromHEL
El Festival de Helsinki encargó a Alexi Laiho, de la banda de metal Children of Bodom, una composición para 100 (cien) guitarras eléctricas con vistas a que fuese interpretada en el marco de las celebraciones estivales de la ciudad. Cosas que pasan en Finlandia. El resultado fue una pieza que rememoraba los momentos más inspirados de su banda, y una actuación que congregó sobre el escenario a cien alucinados chavales llegados de todo el mundo (previo casting vía YouTube) junto a una alineación de primeras figuras locales, frente a un público igualmente variopinto que abarrotaba los escalones de la catedral en la Plaza del Senado, haciendo cuernos y levantando sus puñitos. Muy acontecimiento, mucho cultural.
ELENA ROSILLO – Concierto de reencuentro de Mar Otra Vez.
Hace más de treinta años, Javier Corcobado escribía letras de canciones aún sin componer en los trayectos en autobús que le llevaban al servicio militar (aún) obligatorio. Corría el orwelliano año de 1984, y en aquellos cuadernos se sucedían las historias de seres monstruosos, transformados por un apocalipsis nuclear en bestias carnívoras. Los kiftos. Junto a ellos sobrevivía una raza de pseudo-humanos (Jonás), salvajes ignorantes de la belleza y la poesía, en lucha constante contra su propia naturaleza. En 1985, Corcobado, Corchado, Julián Sanz Erizonte y Javier Rodrigo asumían esta condición de supervivientes dando rienda suelta a su verdadera naturaleza en parajes abandonados, portando antorchas, convirtiéndose en el verdadero Jonás de su composición. Ahora, treinta años después, los kiftos continúan atacando a Jonás. Hace treinta años se le denominaba Movida a ese cambio de paradigma, a esa diarrea creativa y sinvergüenza, tan incapaz de controlar como la energía juvenil. Ahora no se sabe ni cómo se llama a lo que está pasando en Madrid, ¿otra Nueva Ola, quizás? Pero grupos como Sagrados Corazones, Les Rauchen Verboten, Raúl Espectro y Pablo und Destruction demostraron el 4 de diciembre que son fieles testigos de la esencia de Mar Otra Vez, reencontrados por primera y única ocasión en décadas en la sala El Sol, gracias a la organización de Indypendientes. Revivir el pasado para darse cuenta de que nunca estuvo muerto. De que los kiftos siguen al acecho, tratando de engullir toda la poesía de los Jonás. Que tenemos que seguir resistiendo. Que treinta años no son nada. Y que los bidones de gasolina suenan de puta madre.
AZUL CORROSIVO – #Peblo.

De vez en cuando, internet nos regala cosas maravillosas. Para mí, este ha sido el año de la cultura ilusionada en redes: en mayo vimos a los artistas diseñando para aupar a Manuela Carmena como alcaldesa de Madrid o a Ada Colau de Barcelona, y en diciembre han surgido dos fenómenos merecedores del galardón al acontecimiento cultural del año. La primera, #PurpleRain20D, una recopilación de creaciones (dibujos, gifs, cartelería y montajes) nacidos a partir de la ilusión por un cambio de rumbo en la política; la segunda, #Peblo, un hashtag usado para recopilar los momentos íntimos de una relación ficticia entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Tras el debate del 7D, las miradas que cruzaban los dos candidatos abrieron un melón alucinante. La pareja favorita de internet ha dado lugar a conversaciones en el sofá, diálogos de 50 Shades of Peblo, parodias eróticas del famoso “no te pongas nervioso” de Pablo… Los fanfics (Pablo y Pedro, una historia de amor, Podemos… ser amigos, You are my sunshine Pedro…) siguen actualizándose a diario con giros de guion. ¿Serán capaces de derribar todos los obstáculos y ser felices juntos? ¿Conseguirá Mariano la tan deseada cita con Soraya? ¿Tendrá Albert Rivera una oportunidad con Ana Pastor? Gracias por tanto, internet.
IGNACIO PABLO RICO – El año del audiovisual nostálgico.
El desfile, por las pantallas de todo el mundo, de remakes, reboots, secuelas o adaptaciones inspiradas en clásicos de décadas pasadas, como Terminator: Génesis, Jurassic World, Poltergeist, Mad Max: Furia en la carretera, Carlitos y Snoopy: La película de Peanuts y, sobre todo, Star Wars: El despertar de la Fuerza, reafirma la absoluta vigencia en el Hollywood actual de una estrategia comercial muy clara: la recurrencia a la nostalgia afectiva como forma de conectar con el espectador. Al margen de la calidad de los títulos citados, uno de los pilares que mantienen en pie a la industria hoy tiene que ver con la seducción de un amplio sector de la audiencia atornillado a los clásicos de su infancia, anclado en los hitos del mainstream de hace dos o tres décadas, convencido de que era lo máximo a lo que podía aspirar el audiovisual; sin replantearse, ni por un segundo, lo que hay en dicha actitud de búsqueda pueril de un refugio emocional ante las dificultades para lidiar con un presente mutante y en permanente sospecha de sí mismo.
VÍCTOR NAVARRO – La muerte de Satoru Iwata.
La industria del videojuego vive momentos feos y extraños. Es difícil que todo el mundo se ponga de acuerdo en algo. El prematuro fallecimiento del presidente de Nintendo ha sido uno de los pocos instantes en los que el mundillo se ha olvidado sus trincheras para despedir como se merece a un tipo muy importante para la historia del medio. Iwata metió mano en franquicias como Kirby, Pokémon o EarthBound, relanzó Nintendo después del fracaso de la GameCube, nos regaló momentos inolvidables en las ferias del sector y entrevistó personalmente a grandes desarrolladores para dar a conocer los entresijos del videojuego. Gracias por todo, Iwata.
ELISA McCAUSLAND – La clase creativa como blanco de los atentados del 13N en París.

Amigos de todo el mundo, gracias por #prayforParis, pero no necesitamos más religión. ¡Nuestra fe está con la música! ¡Los besos! ¡La vida! ¡Champán y alegría! #parisisaboutlife
El dibujante Joann Sfar reaccionó a los atentados del pasado 13 de noviembre en París apelando a los valores de Occidente: el amor por la vida concretado en la cultura de terracita. Lejos quedan los principios de la Ilustración, o el discurso anticapitalista, en una clase creativa síntoma de nuestra decadencia.
JONATAN SARK – Honrar a los vivos.

Mel Brooks.
Con tanto muerto célebre no se nos puede pasar festejar a los que están aún aquí. Que aún tenemos muchos creadores vivos, que aún se puede rendir homenaje a aquellos que siguen entre nosotros como Chloris Lechman, Roger Corman, Mel Brooks, Thomas Pynchon, Stephen Sondheim, Joyce Carol Oates, Gene Wilder, Chicho Ibañez Serrador, Gene Hackman, Robert Coover o Angela Lansbury. Que se muera gente importante para nuestra vida cultural no puede hacernos olvidar a los que aún están entre nosotros, por mucho que se hayan retirado, y aprovechar para celebrar su aún existencia. Vaya lo uno por lo otro.
FRANCESC MIRÓ – Entrada en vigor de la Ley Mordaza.
En realidad, esto sería el anti-acontecimiento cultural del año. 2015 pasará a la historia por muchas cosas, sí, cierto. Pero a los que nos dedicamos a esto de la comunicación y el periodismo, la aprobación de la Ley Mordaza (Ley de Seguridad Ciudadana) a finales de marzo de este año, nos ha tocado mucho, muchísimo, el ánimo. Desde este año tendremos que dar las gracias al gobierno del Partido Popular, que aprobó la Ley con el resto de partidos en contra (es lo que tienen las mayorías absolutas), por limitarnos el derecho a la información, a la libertad de expresión y a la seguridad jurídica. Menos mal que vivimos en democracia, que si no…
KIKO VEGA – Offscreen Bruxelles
Reconozco que vivir lejos de España es jugar con ventaja en lo que se refiere a la celebración de cualquier tipo de cultura. Durante tres intensas semanas del pasado mes de marzo tuve el privilegio de cubrir por primera vez el festival en mi segunda edición como fan absoluto. Vale que también se dieron una serie de casualidades muy locas para disfrutarlo más si cabe: el día que desalojaron mi edificio por una (falsa) amenaza de bomba, tenía una cita en la Cinematek con los mismísimos Delta Force. Además, la visita de Tobe Hooper, la experiencia Hard to be a God (2013) en una sala de cine impresionante (con coloquio) o la retrospectiva Cannon, donde vimos un 70% del catálogo en gloriosos (y quemados) 35mm. Ya tenemos fechas para la próxima edición, también en marzo, con clausura en mi cumpleaños, a la que estáis invitados.
MARIANO HORTAL – Stephen Curry
A más de uno le sorprenderá esta elección pero, sinceramente, Curry es lo mejor que le ha podido pasar a la cultura en este año; en un escenario como el baloncesto de la liga profesional norteamericana, caracterizado cada vez más por primar la fuerza sobre la habilidad, que aparezca nuestro querido Steph nos trae un rayo de luz que, por lo que parece, no solo no se apaga sino que continúa brillando cada vez más tras ganar el título: los movimientos de este jugador al botar el balón, al levantarse para tirar, incluso al robar un balón o dar una asistencia están cargados de una gracilidad, una plasticidad digna de una sinfonía en movimiento, como si Mozart guiara sus pasos. Cada punto suyo, cada triple que lanza es una rima cargada de lirismo; un lirismo tan subyugador como efectivo, demoledor incluso en su aparente simplicidad. El baloncesto, en sus manos, es pura fantasía, como la que Ende nos reflejaba en su interminable historia.
CHEMA MANSILLA – Star Wars
No tiene tanto que ver con la enorme campaña publicitaria de Disney o con el que, me parece, en un grandioso trabajo de Abrams por devolverle la vida y la dignidad a la franquicia. Tiene que ver con lo que se siente al ver al Halcón Milenario haciendo piruetas por el cielo con la banda sonora de Williams de fondo, o la emoción que produce ver en una pantalla de cine encenderse ese sable láser de color azul. Si esto te es ajeno, puedes unirte al grupo de Whatsapp de Boyero para lamentarte por la falta de ciclos dedicados a Billy Wilder en la filmoteca.
JOHN TONES – El regreso de Ilegales
Por encima de las bondades de su último disco (que son abundantes, empezando por temazos como este Regresa a Irlanda que resume todo lo que nos gusta de Ilegales: ripios y verso libre, misantropía humorística y de la otra, odio de todo lo bello que hay en el mundo, riffs cortantes como cuchillos), 2015 supone el regreso de Ilegales a los escenarios. Y es motivo de celebración aunque en nuestra memoria palpiten conciertos tan escalofriantes como aquella pesadilla que vivimos en Gijón hace un par de años. Saber que Ilegales vuelven con repertorio clásico y arsenal de nuevos temas, intensos como siempre y dispuestos a demostrar que, sin etiquetas ni filiaciones, representan lo mejor del rock en estado más puro en nuestro idioma, es la mejor noticia que hemos recibido en 2015. Ahora, a esperar a que 2016 satisfaga las expectativas, cosa para la que francamente tenemos todas las papeletas a favor.
"búsqueda pueril de un refugio emocional ante las dificultades para lidiar con un presente mutante y en permanente sospecha de sí mismo"
"Tiene que ver con lo que se siente al ver al Halcón Milenario haciendo piruetas por el cielo con la banda sonora de Williams de fondo, o la emoción que produce ver en una pantalla de cine encenderse ese sable láser de color azul."
Os adoro, Canino.