Hoy se cumplen 3 años de la muerte de Richard Matheson, maestro del cuento fantástico y autor de una novela como Soy leyenda cuya influencia perdura inagotable. En paralelo a su carrera de escritor, Matheson desarrolló otra como guionista de cine y televisión que estuvo plagada de clásicos indiscutibles como The Twilight Zone o El increíble hombre menguante. El libro Richard Matheson: Guía rápida de sus trabajos para cine y televisión recorre de manera ágil y precisa un legado memorable que conviene revisitar con frecuencia.
Lo cierto es que la irrupción de Richard Matheson (1926-2013) en el panorama de las revistas de ciencia-ficción y la novela de género fantástico tuvo mucho de fulgurante. Su primer relato publicado, Nacido de hombre y mujer (1950), se alzó en clásico instantáneo del cuento de horror; con Soy leyenda (1955), su sugerente novela sobre el último superviviente a una infección vampírica, puso los cimientos que sostienen al zombi moderno; mientras la película El increíble hombre menguante (1957), adaptación propia de otra de sus novelas, es la obra maestra de una serie B entonces en su máximo esplendor. Fue ese guión el que le permitió pisar un territorio al que aspiraba, el del cine, aunque acabara refugiado en la televisión, donde alcanzó la gloria gracias a algunas de sus historias para la mítica The Twilight Zone (1959-1964) de Rod Serling. Cualquiera que haya visto o leído su Pesadilla a 20.000 pies sabe que mirar por la ventanilla del avión puede ser una experiencia terrorífica.
Oculto tras el seudónimo de Dr. Insermini, el teórico y divulgador cinematográfico (además de escritor y cortometrajista) Juan Dos Ramos ha autoeditado Richard Matheson: Guía rápida de sus trabajos para cine y televisión (Cinefilia Pop, 2016), libro donde repasa la faceta audiovisual de este gran maestro del género cuya obra literaria de formato breve está siendo también recuperada de la mano de Gigamesh. El ensayo de Dr. Insermini hace honor a su anunciado carácter de guía rápida, que no por ello deja de trazar virtudes, temáticas, detalles, declaraciones del escritor y el rastro inabarcable de su influencia mientras revisa, en formato ficha de extensión variable, la mayoría de sus aportaciones como guionista, así como de las principales adaptaciones de sus libros y relatos aunque no estuviera implicado en su producción.
El libro agrupa el trabajo de Matheson en tres grandes apartados: series de televisión, telefilmes y películas. Destacan ahí asociaciones diversas con cineastas como Roger Corman, para quien escribió buena parte de su célebre ciclo de adaptaciones de Edgar Allan Poe, o sus dos brillantes guiones para la británica Hammer: Te espera la muerte, querida (1965) o la maravillosa La novia del diablo (1968), cita inexcusable al hablar de satanismo fílmico. Pero quizá lo más revelador es cuando nos recuerda que hubo una edad de oro del telefilme donde no solo tenían cabida lacrimógenos dramas de sobremesa y siesta sino también mayúsculas piezas de horror y suspense como El diablo sobre ruedas (1971), televisivo debut de Steven Spielberg, o realizadores tan atípicos como Dan Curtis, cuya asociación con Matheson dio lugar a clásicos como The Night Stalker (1972), Trilogía del Terror (1975) o un reivindicable Drácula (1973) protagonizado por Jack Palance, entre otras producciones cuyo impacto en la audiencia hoy sorprende recordar.
Richard Matheson: Guía rápida de sus trabajos para cine y televisión se aproxima a todas ellas como debe de ser, desde el amor y el entusiasmo, la mejor manera para incitar al lector a revisar algunos títulos, descubrir otros o lanzarse feliz a una generosa maratón audiovisual, que es de lo que se trata al fin y al cabo, pues no hay mejor forma de rendir homenaje a uno de los maestros del terror y lo fantástico que disfrutar de su legado, aunque provoque escalofríos en nuestra imaginación.