Una introducción al uso del color en el cine: mucho más que estética

De entre todas las piezas que componen una película, el color es tal vez una de las más llamativas y de las más discretas a la vez. Su uso no es aleatorio ni descuidado. Grandes directores como Damien Chazelle o Nicolas Winding Refn lo saben bien; junto a ellos nos adentramos en un mundo cromático que va más allá de lo puramente estético.

Los colores han estado siempre en la vida del ser humano; forman parte de nuestra cotidianidad de múltiples formas: ropa, objetos, elementos naturales, banderas, publicidad, etc. Más allá de las características físicas de los colores y de su formación a través de la luz, cada uno tiene una simbología y puede transmitir ciertas emociones que la mayoría de las personas percibimos de la misma forma por nuestra historia y experiencia en común; esto es lo que se denomina psicología del color.

Esta teoría la inició el poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe con su Teoría de los colores (1810), en la que proponía diferentes significados para cada color y le echaba un pulso a Isaac Newton, que años antes había demostrado que el blanco es la suma de todos los colores. Goethe aseguraba que Newton estaba equivocado, pues la mezcla de todos los colores daba negro y no blanco. Lo que no sabía Goethe es que estaba basándose en una mezcla sustractiva, donde los colores materiales al unirse sustraen luz, dando lugar a un color oscuro, a diferencia de la mezcla aditiva de Newton, que consistía en la suma de los colores inmateriales de la luz.

La teoría de los colores de Goethe

Goethe deseaba realizar un sistema jerárquico de los colores en el que unos estuvieran por encima de otros basándose, por supuesto, en la historia particular de cada color. Pero es imposible negar la influencia de algunas de las ideas de Goethe en el uso del color de forma artística, como la armonía que da la polaridad de colores opuestos en el círculo cromático y las emociones que transmite cada color. Estos conceptos son la base de la psicología del color, que junto a los esquemas cromáticos conforman la teoría del color del cine.

¿Qué nos transmiten los colores?

En el cine a menudo nos encontramos escenas con un color que inunda parcial o totalmente el cuadro. Todos los elementos que vemos, ya sea en primer o segundo plano, tienen el mismo color con diferentes niveles de saturación y brillo; hasta los personajes pueden ir vestidos con ropa del mismo color y tener una piel de ese tono.

Huelga decir que esto no es tan solo una decisión estética, sino que detrás de cada color se esconde un significado para el espectador, como el estado de ánimo del personaje en la escena o el tono de la misma. No es lo mismo una escena del protagonista mirándose al espejo donde el rojo lo baña todo, que esa misma escena dominada por el azul. Es en estos usos donde se demuestra que la psicología del color funciona, pues el director nos transmite una sola emoción de forma inconsciente. No cabe duda de que si conocemos el significado de cada color podremos apreciar mejor el trabajo que hay detrás de todos ellos, ya sea por su uso normativo o porque se han utilizado rompiendo los esquemas para construir una nueva gramática visual del color. Revisemos algunos casos.

Amarillo

El amarillo es vitalidad y optimismo, pero también enfermedad, locura, envidia, celos y enfado. Todos los conceptos negativos del amarillo vienen de la antigua creencia en la teoría de los humores, según la cual había cuatro estados en las personas (valentía, enfado, depresión y tranquilidad) que eran regidos por cuatro fluidos corporales: la sangre (corazón) daba valentía; la bilis amarilla (hígado) otorgaba mal carácter; la bilis negra (bazo) era la responsable de la depresión; y la flema (pulmones) hacía que las personas fueran calmadas.

Naranja

Se usa el naranja para transmitir casi siempre emociones y conceptos positivos, porque es el color de lo cálido (fuego), de la juventud, la amistad y la interacción humana; así como de lo exótico para occidente (las naranjas y las mandarinas llegaron de Asia).

Rosa

El rosa lleva siendo desde los años veinte del siglo XX el color más femenino, y es por ello que las cualidades que se le atribuyen a este color son las tradicionales también atribuidas a las mujeres: belleza, empatía, alegría, dulzura o inocencia.

Rojo

El rojo es el color de todas las pasiones porque alteran la sangre: ira, vergüenza y amor; por eso se emplea en escenas que contienen, por ejemplo, violencia o sexo. También puede avisarnos de que algo prohibido está ocurriendo o que se avecina un peligro de forma inminente.

Verde

El verde es el color de la naturaleza, y por lo tanto de la vida, la fertilidad y la inmadurez (de ahí la expresión «estar verde» en algo). Sin embargo, también representa cosas malas, como una amenaza, la corrupción o el peligro, ya que el los venenos se relacionan con el verde.

Azul

Un mismo color transmite varias emociones diferentes, y estas pueden ser muy contradictorias; todo depende del contexto. El azul es el color de la tranquilidad y la reflexión (la razón es fría), pero también de la tristeza (en inglés blue significa también «triste»), del frío (la piel y los labios se ponen azules con las bajas temperaturas) y de la soledad, vinculada a la tristeza.

Violeta

Como el violeta es un color que no se encuentra de forma tan habitual en la naturaleza, es normal que sea el que represente la fantasía, la ilusión, lo etéreo y lo místico; pero también transmite erotismo y amenaza.

Una película que resume muy bien la psicología del color es Del Revés (2015), donde cada emoción está representada con un color.

¿Para qué sirven los colores y cómo se usan en el cine?

Ya hemos destapado los botes de pintura, sabemos qué hay dentro de cada uno, pero para que los colores conformen una narrativa visual hay que ir más allá; es necesario verter el contenido de esos botes y mezclarlos; y para ello debemos conocer los esquemas básicos usados a la hora de elegir esa mezcla para cada escena. Estas decisiones son vitales, pues pueden proporcionar mucha información al espectador de forma meramente visual, sin que los personajes tengan que transmitírnoslo con palabras, algo que en ocasiones marca la diferencia entre una buena y una mala película.

El empleo del color en el cine, cuando se hace bien, está muy lejos de ser un mero recurso estético o una forma de impactar al espectador: tiene un significado y una intencionalidad, como en todos estos casos.

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Antes de entrar en materia es importante que tengamos en mente ese círculo que está muy presente en nuestro día a día, aunque no nos demos cuenta: el círculo cromático. Volveremos a él para explicar los diferentes esquemas cromáticos usados en el cine.

Entonces, ¿de qué forma se pueden usar los colores para transmitirle información al espectador?

Establecer el tono

Elegir una determinada paleta de colores ayuda a establecer el tono de toda la película o de una secuencia, algo que hace muy bien Wes Anderson, cuyas películas pueden ser definidas a través de un color. Es lo que se denomina esquema monocromático, donde se usa el mismo tono (color) con diferente saturación y brillo del mismo.

El director danés Nicolas Winding Refn, conocido sobre todo por Drive (2011), cuenta más con las imágenes que con las palabras. Cada uno de sus planos está perfectamente pensado, desde el color y la iluminación hasta el encuadre y el tipo de plano. Sus últimas dos películas, Only God Forgives (2012) y The Neon Demon (2016), son todo un deleite para la vista. Podemos saber el estado de ánimo de un personaje o la situación en la que se encuentra por el uso del esquema monocromático.

Only God Survives

Pero también usa el esquema de colores análogos; es decir, varios colores consecutivos del círculo cromático, que otorgan a la escena una sensación de armonía.

Only God Survives

Establecer el conflicto

Uno de los mejores recursos para presentar un conflicto a través de los colores, ya sea externo o interno, es con el esquema de colores complementarios. Este esquema se compone de dos colores que son directamente opuestos en el círculo cromático. Veamos algunos ejemplos.

Naranja + Azul

Esta combinación de naranja y azul es la que más vemos desde hace unos años, sobretodo en los blockbusters de Hollywood. Obviamente tiene su explicación; por una parte, el naranja y el azul son dos colores que aparecen mucho en las películas, el naranja en la piel y el azul en el cielo, así que estos colores complementarios visualmente funcionan muy bien. Además, ambos colores poseen un simbolismo muy fuerte: fuego y agua. La combinación de ambos representa un conflicto recurrente en los temas narrativos. Por esto mismo puede resultar un recurso visual bastante manido a día de hoy, pero sigue siendo igual de espectacular a nivel visual.

Otro director que cuida hasta el extremo los colores de sus películas es Damien Chazelle. Podemos comprobarlo especialmente en La La Land (2016), su película estrella gracias precisamente, entre otras cosas, al excelente uso de los colores.

Una de las escenas más famosas de la película es la elegida para el póster porque transmite a simple vista el conflicto interno de los personajes; para ello se lleva a cabo un uso soberbio del amarillo en primer plano (en en vestido de Mia) y de una paleta de violetas al fondo que conforman una atardecer espectacular sobre la ciudad de las estrellas. El violeta y el amarillo son colores que se complementan, como Mia y Sebastian; pero como colores opuestos, existe también un conflicto. En esta escena, que es cuando empiezan a gustarse, se nos presenta ese conflicto visualmente del mejor modo.

Rojo + Verde en ‘Vértigo’

Alfred Hitchcock empezó haciendo cine en blanco y negro, pero también fue uno de los grandes maestros del uso del color, en especial en Vértigo (1958). Eligió el rojo y verde, colores complementarios, para representar visualmente la obsesión de John por Madeleine. Al inicio de la película vemos claramente que el rojo representa a John, por su vestimenta y su casa; mientras que el verde es el color de Madeleine, que tiene un coche de ese color y viste con él. Durante la primera conversación entre ambos, hay un intercambio de los colores: John viste un jersey verde y Madeleine se pone su bata roja; es aquí cuando empiezan a enamorarse.

Tras la supuesta muerte de Madeleine, John se encuentra a Judy, que viste de verde. Es entonces cuando se propone cambiar su atuendo, su pelo y su maquillaje para que sea idéntica a Madeleine. Cuando al fin lo consigue, la habitación del hotel Empire (cuyos pasillos son verdes y rojos) se llena de verde. Hitchcock juega hábilmente con estos colores complementarios, pero opuestos, para representar el inicio y el desarrollo de la obsesión de John por Madeleine; y acabamos viendo como el verde, su obsesión, se apodera de las escenas.

Definir a un personaje

Existen varios recursos narrativos para definir a un personaje: sus gestos, forma de hablar, vocabulario, su posición en los planos con respecto a otros personajes y, por supuesto, el color; a los personajes principales se les puede definir asociándolos con un color. El amarillo para la Mamba Negra en Kill Bill I (2003), los zapatos rojos de Dorothy en El mago de Oz (1939) o el negro y el blanco (la ausencia de todos los colores y la suma de todos ellos) en Eduardo Manostijeras (1990)

Un excelente ejemplo del uso del color de forma asociativa a un personaje es la trilogía de M. Night Shyamalan compuesta por El protegido (2000), Múltiple (2016) y Glass (2019). Cada uno de los tres protagonistas es representado por un color: David Dunn el verde,  la Bestia (Kevin Wendell) el amarillo y Glass el violeta. Shyamalan usa los colores para establecer capas de significados más profundas, cosa que ya hizo magistralmente en El bosque (2004).

En esta ocasión, el propio director explicó por qué había elegido esos colores para cada personaje. El color de David es el verde porque es el protector de la vida. El amarillo mostaza para la Bestia se debe a que es un color usado en ceremonias budistas e hinduistas, y el director lo ve como a un predicador que quiere salvar a los pecadores. Por último, el violeta es el de Glass al ser un color que históricamente ha tenido una unión muy fuerte con la realeza. Elijah se ve a sí mismo como alguien importante, un personaje de cómic. Conforme los tres van creyendo más en que el mundo de los cómics es real, estos colores se van haciendo más dominantes en la película, porque ya no ven el mundo de forma monocromática. El cuarto donde los llevan para hacer terapia es rosa, rojo que se acerca al blanco, porque es donde dejan de creer. En las películas anteriores ya aparece el uso de estos colores como asociativo a sus personajes, aunque sea de forma más sutil. Sin lugar a dudas, este extraordinario uso del color ayuda a entender a los personajes y a conocer sus deseos.

En otras ocasiones, la elección de los colores es sobre todo por razones estéticas, como ocurre con el Joker. El de Tim Burton se basa en el esquema triádico: tres colores equidistantes en la rueda cromática. Esta combinación es muy llamativa, pero sigue manteniendo la armonía.

Definir la transformación de un personaje

En Whiplash (2014) Chazelle usó el color de forma extraordinaria; entre muchas de las funciones, estaba la de acompañar a Andrew en su arco dramático. Durante su primer encuentro con Fletcher lo vemos llevando una camiseta blanca en contraste con el vestuario del profesor, siempre de riguroso y serio negro. Pero según va avanzando la historia, conforme va mejorando como baterista, comienza a asistir a las clases con colores que se van oscureciendo; primero con un azul clarito, luego azul más oscuro, hasta que nos lo encontramos con camiseta negra, igual que Fletcher. Este cambio de color en su ropa nos está indicando que va ganando más confianza en sí mismo y que cada vez siente que está más cerca de complacer a Fletcher.

Pero entonces sufre el accidente, se pelea con Fletcher y lo denuncia, vuelve a los colores claros. Cuando se encuentra fortuitamente con su exprofesor, lleva una camiseta azul claro, mientras que vemos a Fletcher por primera vez con otro color que no es negro, un azul más oscuro que el de Andrew. Ambos se sientan a hablar, por primera vez de forma distendida, porque ya no son profesor y alumno. Dialogan entre iguales, como indica el color de su ropa. Entonces llega el momento de tocar en la banda de Fletcher. Cuando abre el armario donde guardaba la batería va de blanco, pero al concierto acude de traje negro y camisa negra, a diferencia del resto de sus compañeros, que llevan camisa blanca. Que Andrew vaya vestido igual que Fletcher para esta batalla final en la que le demostrará que el alumno ha superado el maestro no es casualidad, sino una elección acertadísima para mostrarnos de forma visual la transformación del protagonista.

Señalar elementos importantes

Si en una escena vemos algo que nos llama la atención porque no concuerda cromáticamente con el resto de colores es porque el director está queriendo atraer nuestra atención hacia ese elemento o persona porque tiene especial importancia en la historia. En ocasiones, para ello puede usarse el esquema discordante, donde un color no se complementa con el resto, lo que tiene como resultado la creación de un símbolo.

Chazelle usa el rojo en La La Land como símbolo de la realidad a la que Mia y Sebastian deben enfrentarse: los duros castings y tocar música comercial o un tipo de jazz que a éste le parece una traición al género.

Otro ejemplo: en El Padrino (1972) se usan las naranjas y su llamativo color para anunciar la muerte de quien está manipulando una o se encuentra cerca de ellas.

Como vemos, el color es un elemento importantísimo en el cine. Pero su uso debe estar justificado, no basta con elegir una paleta de colores llamativa y que nos atraiga visualmente. Las elecciones deben estar tomadas al milímetro, sabiendo qué se quiere narrar visualmente. Por eso, conocer la importancia del color en el cine nos ayuda a comprender mejor las películas y a disfrutar más de ellas, pero también a darnos cuenta de cuándo no se ha prestado la debida atención a este recurso narrativo tan importante.

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