Inside Out: Outside Edition convierte la película más introspectiva de Pixar en un drama familiar sin emociones personificadas ni amigos imaginarios. La sorpresa: el filme sigue funcionando (y algunos podrían decir que mejora).
Más allá del surrealismo (o, en ocasiones, del cubismo), de los amigos imaginarios que nos hacen llorar mucho y de esa Alegría de pelo azul con la voz en inglés de Amy Poehler, Del revés se ganó muchas alabanzas por ser nada más ni nada menos que un drama familiar. La película de Pixar, una de las favoritas de 2015 para los redactores de CANINO, conseguía guiarnos con mucha soltura por las tribulaciones de una preadolescente en crisis, armonizando la presentación de sus conflictos con la forma en la que éstos se incubaban dentro de su cabecita. Ahora bien, ¿y si le quitáramos el psicoanálisis a la historia de Riley, narrándola sólo mediante aquello que ocurre en el mundo ‘real’? El estudiante de Montaje Jordan Hanzon se ha hecho esa pregunta, y ha decidido responderla mediante Inside Out: Outside Edition, un remontaje (o, más bien, una poda) que extirpa las interioridades de la historia.
En ausencia de Alegría, Tristeza, Ira, Asco, Ding Dong y compañía, Del revés queda convertida en un cortometraje de algo más de un cuarto de hora que (¡sorpresa!) funciona bastante bien pese a cierto tufillo a Estrenos TV. El montaje resulta algo tosco, por otra parte, lo cual es disculpable dado que su responsable es un alevín y que ha tenido que solventar los problemas de continuidad planteados por el propio filme. Y, si de algo sirve este experimento, es para demostrar que los directores Pete Docter y Ronnie Del Carmen consiguieron que su película se sostuviese desde todos los ángulos.
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