The Obsolete Orchestra, un grupo especializado en rescatar instrumentos de época, se planteó cómo sería el clásico de New Order si se hubiese grabado en 1933 en lugar de en 1983. Este es el (inolvidable) resultado.
La historia es medianamente conocida: estaban los chicos de New Order, allá por 1983, trasteando con un secuenciador y una caja de rimos, cuando un error al sincronizar los cacharros les hizo darse de bruces con un redoble de bombo y una línea de sintetizador absolutamente irresistibles. Tras pulirlo un poco, dotarlo de una melodía vocal y añadirle samples a granel, dicho accidente mecánico se llamó Blue Monday, y acabó siendo uno de los maxi singles más vendidos y remezclados de la historia, generando un capítulo más en el copioso anecdotario de la banda. Ahora bien, ¿y si la canción se hubiera grabado en el Manchester de 1933, en vez de en el de 1983? No nos lo preguntemos más: aquí llegan The Obsolete Orchestra para resolver la duda.
https://www.youtube.com/watch?v=4a2tSJZ8NPU
Como descubrimos gracias a Open Culture (vía Boing Boing), The Obsolete Orchestra es un conjunto especializado en rescatar instrumentos de época tan olvidados como fascinantes. Aquí, sin ir más lejos, resulta que el bastidor de un piano golpeado con unos mazos puede sonar como el bajo de Peter Hook, mientras que con unas copas de agua, un dulcémele, una sierra musical y una celesta (entre otros artefactos) pueden reemplazar con mucha dignidad a los teclados de Stephen Morris y Gillian Gilbert. Lo de Bernard Sumner agarrado a un ukelele en vez de a una guitarra cuesta algo más imaginarlo, pero, lo que es sonar, suena de vicio. El resultado es una versión de subido poder hipnótico y ritmo trotón, que suena aún más tenebrosa que el original. Y eso es decir muchísimo.