¡Asesinatos! ¡Nazis! ¡Vudú! Si quieres saber de qué va nuestra galería de hoy, prepárate para enfrentarte a las fuerzas del mal puestas al servicio del bien: matar a Hitler.
En el amor y en la guerra todo vale. Incluso la hechicería. Por eso no debería extrañarnos que, entre las historias menos recordadas de la Segunda Guerra Mundial, entra atentado y atentado contra Adolf Hitler, haya numerosos ejemplos de uso de la magia y fuerzas exteriores para cambiar el destino del mundo. Y no sólo del muy promocionado a ese respecto bando alemán.
En enero de 1941 William Seabrook, amigo de Aleister Crowley y reputado ocultista, se fue a una cabaña en los bosques de Maryland con un grupo de jóvenes idealistas para emprender una importante misión: matar a Adolf Hitler mediante vudú. Y aunque, obviamente, el plan salió regular, el ritual fue muy elaborado.
Invocando a una deidad pagana llamada Istán, clavando agujas en el corazón de una réplica de Hitler y poniéndose de ron hasta las orejas mientras tocaban bongos cedidos por el departamento de defensa de los EEUU, quizás no consiguieron acabar con la vida del dictador, pero sí consiguieron, al menos, pasar un buen rato. Algo que se puede comprobar en la galería de fotos que os traemos cortesía de Dangerous Minds, las cuales nos demuestran que, si bien en el amor y en la guerra todo vale, ninguna cantidad de hechicería soluciona tantas cosas como tomar Berlín por la fuerza.